Redactor: Sam Torne
En América del Sur, la investigación científica enfrenta desafíos significativos debido a la diversidad genética y la prevalencia de enfermedades como el cáncer, la diabetes y las infecciones transmitidas por insectos. Una herramienta clave para abordar estas problemáticas son los biobancos, instalaciones que almacenan sistemáticamente muestras biológicas como tejidos, células, sangre y ADN, junto con datos clínicos asociados. Estos recursos permiten estudios epidemiológicos a gran escala, facilitando la comprensión de factores genómicos, ambientales y de estilo de vida que afectan la salud individual y poblacional.
Actualmente, Hispanoamerica cuenta con 44 biobancos, distribuidos principalmente en Chile (11), México (10) y Argentina (6). La mayoría de estos se enfocan en investigaciones sobre cáncer (85%), mientras que otros abordan enfermedades infecciosas (8%) y condiciones neurológicas (5%). Sin embargo, existe una notable carencia de biobancos dedicados a enfermedades metabólicas y otras afecciones prevalentes en la región.
Beneficios de ampliar y regular los biobancos
La creación y fortalecimiento de biobancos en América del sur podrían impulsar significativamente la medicina de precisión, adaptando diagnósticos y tratamientos a las características específicas de la población local. Dado que gran parte de los datos utilizados en investigaciones actuales provienen de poblaciones de ascendencia europea, es esencial generar información representativa de la diversidad genética latinoamericana para desarrollar soluciones médicas más efectivas.
Además, biobancos bien estructurados y regulados pueden fomentar la cooperación internacional, facilitando el intercambio de muestras y datos bajo estándares éticos y legales claros. Esto no solo enriquecería la investigación científica, sino que también posicionaría a la región como un actor relevante en estudios globales.
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