Redacción: Josué Roldán
El corazón del crimen organizado en la Ciudad de México sufrió un duro golpe el pasado 29 de noviembre. En un operativo conjunto de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), la Secretaría de Marina (Semar) y la Defensa Nacional, fue desmantelado un centro de operaciones de la organización criminal Anti Unión Tepito, ubicado en la colonia San Jacinto, alcaldía Venustiano Carranza.
El inmueble, aparentemente un predio abandonado, era en realidad un punto neurálgico para coordinar ataques, almacenar armas y equipar a sicarios. Este lugar, que a primera vista parecía un sitio invadido y en ruinas, ocultaba un sistema bien estructurado de logística criminal. Entre las características del sitio se encontraban almacenes para equipo táctico, altares de protección espiritual y una ruta de escape.
El predio contenía motocicletas robadas, armas de fuego y ropa táctica, en la planta baja se hallaron ofrendas a la Santa Muerte y Jesús Malverde, figuras veneradas por el crimen organizado para buscar protección. Además, un agujero en una de las paredes facilitaba huir rápidamente en caso de un operativo policial.
De acuerdo con informes de inteligencia, el centro de operaciones estaba vinculado a una serie de asesinatos en la ciudad. Los sicarios, tras recibir órdenes, se equipaban en el inmueble y usaban motocicletas para ejecutar sus ataques en colonias como Tepito, Morelos y el Centro Histórico. Entre los crímenes investigados destacan los homicidios de tres hombres apodados “El Chicha”, “El Rambo” y “Ángelo Daop”, que habrían sido planeados y coordinados desde el predio desmantelado.
El operativo también reveló el papel clave de dos mujeres en la logística criminal. Dana Paola “N”, de 19 años, era encargada de recibir a los sicarios, coordinar los equipos y entregarles la “orden de trabajo”. Durante el cateo, intentó ocultar armas en el pañal de un bebé que tenía en brazos. Sendy Guadalupe “N”, de 45 años, era responsable de organizar las armas y vehículos. Esta mujer, con antecedentes penales, intentó resguardar a su hijo durante la detención. La participación femenina en la logística criminal resalta el nivel de organización y la necesidad del grupo de diversificar sus perfiles operativos.
El operativo permitió incautar un importante arsenal, ropa táctica y narcóticos, entre ellos marihuana y cocaína, confirmando que el lugar también funcionaba como punto de venta de drogas. Entre los objetos asegurados destacan armas de fuego y silenciadores, motocicletas robadas y drogas listas para distribución.
La batalla contra el crimen organizado en la capital requiere más operativos como este, junto con un enfoque integral que ataque las raíces de la violencia y fortalezca las instituciones de justicia y seguridad. El desmantelamiento de este centro operativo marca un hito en la lucha contra la Anti Unión Tepito, pero también subraya la necesidad de continuar con esfuerzos sostenidos para garantizar la seguridad en la Ciudad de México.
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