Redacción: Alma Cataneo
Un equipo internacional de científicos ha logrado un descubrimiento fascinante al analizar el ADN de una momia egipcia de más de 3,000 años de antigüedad. En el material genético de esta momia, se encontraron rastros de una antigua enfermedad infecciosa que, según los investigadores, podría estar relacionada con una pandemia que acabó con la vida de 50 millones de personas en el mundo antiguo.
El estudio, publicado recientemente en una prestigiosa revista científica, utilizó técnicas avanzadas de secuenciación de ADN para analizar los restos de la momia, encontrada en un antiguo sitio funerario cerca de Luxor. Los resultados revelaron la presencia de material genético del patógeno responsable de una enfermedad que los científicos creen podría ser fiebre tifoidea, peste o una variante de viruela.
La enfermedad identificada podría estar vinculada a una de las pandemias más devastadoras de la historia antigua, conocida como la “Plaga de Justiniano” o incluso eventos previos no documentados con precisión. Estas epidemias diezmaban poblaciones, dejando un impacto profundo en las civilizaciones afectadas, desde Egipto hasta Roma.
Gracias a los avances en paleogenómica, los investigadores lograron extraer y analizar el ADN deteriorado de la momia, algo que era impensable hace apenas unas décadas. “Este hallazgo no solo nos ayuda a entender cómo se propagaban las enfermedades en el pasado, sino que también proporciona pistas cruciales para prevenir y manejar pandemias en el futuro”, explicó el doctor Ahmed Khalil, especialista en biología molecular y parte del equipo de investigación.
El descubrimiento refuerza la idea de que las enfermedades infecciosas jugaron un papel crucial en la transformación de sociedades antiguas, no solo afectando la salud de las personas, sino también influyendo en guerras, migraciones y colapsos de imperios.
En un contexto donde el mundo moderno aún enfrenta pandemias, este hallazgo resalta la importancia de estudiar el pasado para aprender sobre la evolución y el impacto de las enfermedades. Los científicos creen que este tipo de investigaciones también puede arrojar luz sobre cómo los antiguos sobrevivieron y se adaptaron a estas crisis de salud.
Aunque se han dado grandes avances con este descubrimiento, los investigadores advierten que aún queda mucho por entender sobre la naturaleza exacta de la enfermedad y su alcance en las civilizaciones antiguas. Sin embargo, este hallazgo marca un paso significativo en la arqueología biomolecular y en nuestra comprensión de la historia humana.
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