Redacción Marlone Serrano 

La presidenta Claudia Sheinbaum anunció este viernes que su gobierno ha restablecido formalmente la relación con el embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, tras la “pausa” que había impuesto el expresidente Andrés Manuel López Obrador debido a las críticas del diplomático sobre la reforma judicial. Sin embargo, el restablecimiento de este vínculo llega con una serie de “lineamientos” que buscan regular la comunicación y el diálogo entre Salazar y las diferentes dependencias del gobierno mexicano. 

Durante su conferencia matutina en Palacio Nacional, Sheinbaum informó que el canciller Juan Ramón de la Fuente sostuvo un encuentro con el embajador estadounidense para definir estos nuevos parámetros de cooperación. “Nosotros tenemos buena relación con todos los países del mundo, y siempre va a ser así. Pero se establecieron ciertos lineamientos generales para ordenar la interacción”, señaló la mandataria. 

Reestructuración del diálogo con la Embajada 

Sheinbaum explicó que, a partir de ahora, cualquier asunto que el embajador desee discutir con las secretarías de Estado deberá ser canalizado a través de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE). Esto incluye temas relacionados con inversiones estadounidenses en sectores estratégicos como la energía. “Si un empresario estadounidense quiere saber sobre disponibilidad en el sector energético, el tema se abordará a través de la Cancillería”, indicó Sheinbaum, marcando un cambio en la forma en que la embajada interactúa con el gobierno mexicano. 

La presidenta destacó que estos lineamientos buscan evitar la comunicación directa entre el embajador y las secretarías para mantener un orden institucional. “Eso ordena de manera muy importante la relación”, subrayó Sheinbaum, añadiendo que este nuevo esquema fue bien recibido por Salazar, quien aceptó los términos del gobierno mexicano. 

Un cambio respecto a la política de AMLO 

Este restablecimiento de relaciones con Salazar se da en un contexto de tensión diplomática generada durante la administración de López Obrador, quien en junio de 2024 anunció la “pausa” con el embajador estadounidense en respuesta a sus declaraciones críticas sobre la reforma judicial promovida por el gobierno mexicano. López Obrador acusó entonces a Salazar de injerencia en asuntos internos, lo que provocó un enfriamiento en la relación bilateral. 

Ahora, bajo la administración de Sheinbaum, la prioridad parece ser reactivar los vínculos diplomáticos, pero bajo un esquema más controlado y regulado. “El embajador tiene derecho a opinar, pero hay formas y canales adecuados para hacerlo”, apuntó la presidenta. 

El papel de la Cancillería y la oposición en el Senado 

Sheinbaum también mencionó que Juan Ramón de la Fuente, actual titular de la SRE, tendrá un papel central en esta nueva etapa de la relación con la embajada estadounidense, así como con otros países. De la Fuente, exembajador de México ante la ONU, se reunió no solo con Ken Salazar, sino que también sostendrá encuentros con Graeme C. Clark, embajador de Canadá en México, para reactivar las relaciones con el vecino del norte en temas clave como el comercio y la inversión. 

Sin embargo, la presidenta criticó a la oposición en el Senado, específicamente al Partido Acción Nacional (PAN), por haber intentado bloquear la ratificación de De la Fuente como canciller. Según Sheinbaum, esta resistencia se debe a que “no quieren que le vaya bien al gobierno de la Presidenta”. 

Un nuevo capítulo en la relación México-EE. UU. 

Con este paso, Claudia Sheinbaum busca marcar una diferencia en la política exterior respecto a su predecesor, manteniendo la firmeza en la defensa de la soberanía, pero con un enfoque pragmático y abierto al diálogo. La redefinición de la relación con Ken Salazar podría ser un indicio de cómo la nueva administración planea gestionar sus relaciones bilaterales con Estados Unidos, priorizando el orden institucional y la comunicación a través de los canales diplomáticos adecuados. 

Se espera que en las próximas semanas se definan más detalles sobre estos lineamientos y cómo impactarán la colaboración en áreas sensibles como la seguridad y la energía. Por lo pronto, la administración Sheinbaum busca dar un mensaje de apertura, pero con condiciones claras. 

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