Cuauhtémoc Blanco Bravo fue y es un ídolo mexicano como ha habido pocos en México. Jugaba como centro delantero al principio y después, con el paso de los años, se convirtió en un futbolista más creativo, que partía desde la media cancha hacia adelante para dar excelentes servicios a sus compañeros o anotar goles. Participó en tres mundiales: Francia 1998, Corea – Japón 2002 y Sudáfrica 2010.
Todavía recuerdo ese inolvidable gol que Blanco le anotó a la selección de Bélgica en un pase desde el extremo izquierdo de Ramón Ramírez; Cuauhtémoc se lanzó con los pies por delante, tocó el balón con el pie izquierdo hacia el fondo de la portería y empató el marcador final a 2. “El Jorobadito”, como le dicen sus allegados y en las parodias de televisión, siempre se entregó en la cancha. Lamenté mucho por eso que el entonces entrenador de la selección mexicana, Ricardo Antonio Lavolpe, no lo llevara al Mundial de Alemania en 2006, por diferencias personales.
En Primera División, su equipo inicialmente fue el América – tuvo cinco etapas con este mismo club a lo largo de su carrera –, ahí empezó en los años noventa. También jugó en Necaxa, en el Real Valladolid de España, Veracruz, Chicago Fire, Puebla y en Liga de Ascenso con Irapuato, Dorados de Sinaloa y Lobos.
Su vida cambió a la política cuando el Partido Social Demócrata de Morelos lo invitó a participar en las elecciones de 2015 como candidato a presidente municipal de Cuernavaca. Su arrastre y carisma le hicieron ganar sin estar lo suficientemente preparado académicamente – ni siquiera terminó la secundaria – y también inexperto en la administración pública. En 2018 fue nominado por el Partido Encuentro Social para gobernador de Morelos y, por supuesto, ganó gracias a su popularidad. En un momento dado se acercó, por conveniencia personal, al Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) de Andrés Manuel López Obrador y empezó a tener más fuerza.
Se rodeó de sus amigos, algunos del futbol y otros de la parranda, para gobernar Morelos. El resultado fue que se incrementaron en grado superlativo la violencia, los crímenes, los secuestros y la inseguridad en ese estado. Sin embargo, con la protección de López Obrador, ahora es diputado plurinominal, nominado antes de terminar su sexenio en Morelos. Concluye en 2027. El exfutbolista ahora tiene fuero constitucional.
El paso en la política ha sido de escándalo para el ahora diputado federal Cuauhtémoc Blanco Bravo. Cuando era gobernador pidió licencia dos semanas para irse de vacaciones a Río de Janeiro, Brasil; El Sol de México publicó una foto de él con tres narcotraficantes del Cártel Jalisco Nueva Generación; en enero pasado, la Fiscalía de Morelos pidió el desafuero por el posible delito de tentativa de violación contra su hermanastra Nidia Fabiola. La Sección Instructora de la Cámara Baja aplazó el análisis de la solicitud, con la intención muy clara de protegerlo. Actualmente el proceso está en suspenso.
El propio gobierno morelense de Margarita González Saravia, quien sustituyó a Cuauhtémoc, presentó una denuncia por presunto desvío de 40 millones de pesos en la administración del exmandatario estatal, pero hasta ahora no han llegado más allá de la denuncia. Eso no significa que el ídolo americanista sea culpable y que pueda ser responsable de otros delitos durante su administración, pero no le han comprobado más. El americanista todo desmiente y dice que las acusaciones se han dado sólo para desprestigiarlo.
Está visto que Morena necesita al exfutbolista – de figura jorobada — por su popularidad porque, bien que mal, jala mucha gente para su causa. Por eso tiene ese manto que lo protege de todo ¿Hasta cuándo? Hasta que lo decida el jefe.
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