Redacción: Arturo Cruz
En un duelo de alta tensión entre España y Portugal, donde cada detalle contaba más que el volumen ofensivo, Nuno Mendes se erigió como la figura más determinante. Mientras en España los focos apuntaban a Oyarzabal, el lateral portugués monopolizó la escena: secó a Lamine Yamal con una defensa impecable y fue un puñal constante en ataque. Una de sus internadas terminó en los pies de Cristiano Ronaldo, que firmó el empate antes de que una lesión obligara a Mendes a abandonar el partido.
El encuentro, sin derroches ofensivos ni florituras, se definía por detalles. España, con Nico Williams y Lamine más contenidos de lo habitual, perdió fluidez en la medular cuando De la Fuente decidió dar descanso a Pedri y Fabián, reemplazados por Mikel Merino e Isco. El malagueño, revivido para esta cita, casi sorprende con un derechazo que exigió una gran intervención de Diogo Costa. Pero fue solo un destello en una segunda parte apagada por parte de la Roja.
Portugal, en cambio, crecía al ritmo de Nuno Mendes, que parecía moverse en moto. Una nueva incursión suya en la prórroga terminó en una trifulca con Álex Baena, reflejo de la tensión reinante.
Ya sin Nico ni Lamine, España adoptó una versión más plana. En los minutos finales, Morata sustituyó a Oyarzabal, mientras Portugal generaba peligro con las galopadas de Rafael Leao. El duelo desembocó en penaltis, donde Diogo Costa se vistió de héroe, firmando la clasificación portuguesa y desatando un llanto de alegría en su selección.
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