Redactor: Sam Torne
El oro continúa su ascenso en los mercados internacionales, impulsado por la creciente incertidumbre económica y geopolítica. Este martes, el oro al contado subió un 0.3%, cotizándose en 3,021.24 dólares por onza, mientras que los futuros del oro estadounidense alcanzaron los 3,025 dólares. La tendencia al alza responde a la búsqueda de seguridad por parte de los inversionistas, quienes ven en el oro un refugio ante escenarios inestables. No es casualidad que, el pasado 20 de marzo, el metal precioso haya alcanzado un máximo histórico de 3,057.21 dólares por onza.
Uno de los principales factores que ha agitado los mercados es el anuncio de nuevos aranceles por parte del presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Aunque el mandatario aclaró que no todos se aplicarían el 2 de abril y que algunos países podrían recibir exenciones, el mensaje ha sido suficiente para sembrar dudas sobre el crecimiento económico global. La posibilidad de un frenazo económico ha aumentado la demanda por activos tradicionales de resguardo, como el oro.
Política monetaria y expectativas sobre la Fed
A la tensión comercial se suma el escenario de política monetaria. La Reserva Federal de Estados Unidos decidió mantener estables las tasas de interés, pero dejó abierta la posibilidad de un recorte más adelante este año. Este entorno de tasas bajas favorece al oro, ya que, al no generar rendimientos por sí mismo, compite mejor cuando los intereses en otros instrumentos financieros son reducidos. Analistas como Ricardo Evangelista, de ActivTrades, coinciden en que los precios del oro podrían mantenerse por encima del umbral psicológico de los 3,000 dólares, con posibilidades de alcanzar nuevos máximos si se incrementa la aversión al riesgo.
Diversas instituciones financieras han ajustado sus proyecciones al alza. ANZ Bank prevé que el oro alcanzará los 3,200 dólares por onza en los próximos seis meses, mientras que Citi Research incluso plantea un escenario optimista de hasta 3,500 dólares. La demanda sostenida por parte de bancos centrales y fondos cotizados en bolsa, así como las tensiones geopolíticas, respaldan esta visión.
Otros metales también reaccionan
El efecto no se limita al oro. La plata subió 0.8% y se cotiza a 33.24 dólares por onza, mientras que el platino y el paladio también experimentan alzas moderadas. La plata, con una fuerte demanda industrial, podría oscilar entre los 34 y 36 dólares si la tendencia continúa. Estos movimientos reflejan una respuesta generalizada del mercado de metales preciosos ante un clima global cada vez más incierto.
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