Claudia Sheinbaum responde a Trump: El Golfo de México tiene historia y reconocimiento internacional
Redactor: Sam Torne
El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, desató controversia al proponer el cambio de nombre del Golfo de México por Golfo de América. En una declaración realizada recientemente, Trump argumentó que su país «hace la mayor parte del trabajo» en la región y que el cambio sería «apropiado y hermoso».
Esta propuesta no solo ha generado críticas, sino que también ha puesto en marcha iniciativas legislativas en Estados Unidos, como la de la congresista republicana Marjorie Taylor Greene, quien anunció su intención de presentar un proyecto de ley para formalizar el cambio de nombre.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, no tardó en responder. En una conferencia de prensa que combinó humor y firmeza, Sheinbaum mostró un mapamundi de 1607, señalando la conexión histórica entre los territorios de México y Estados Unidos antes de las delimitaciones modernas. «¿Por qué no le llamamos América Mexicana? Se oye bonito, ¿verdad que sí?», planteó la mandataria.
Además, Sheinbaum subrayó que el nombre Golfo de México está reconocido internacionalmente por organismos como la Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar y la Organización Hidrográfica Internacional (IHO), lo que hace inviable cualquier cambio unilateral.
Con un tono irónico, también hizo referencia a la desinformación detrás de la propuesta de Trump, afirmando que «al presidente Trump le mal informaron que en México todavía gobernaban Felipe Calderón y García Luna».
Nombre reconocido por la historia e internacionalmente
El Golfo de México es una cuenca oceánica de más de 1,6 millones de kilómetros cuadrados, delimitada por México, Estados Unidos y Cuba. Su nombre aparece por primera vez en mapas europeos del siglo XVI y ha sido reconocido desde entonces en acuerdos internacionales.
Cinco estados mexicanos —Tamaulipas, Veracruz, Tabasco, Campeche y Yucatán— tienen costas en el golfo, al igual que estados estadounidenses como Florida, Alabama, Misisipi, Luisiana y Texas, y las provincias cubanas de Pinar del Río y Artemisa.
Acuerdos entre las tres naciones han definido la delimitación marítima, reconociendo el nombre como Golfo de México. Cambiar esta denominación requeriría un consenso entre las partes, algo poco probable debido al arraigo histórico y legal del término.
Una disputa simbólica
La propuesta de Trump, aunque improbable de llevarse a cabo, refleja una narrativa de reafirmación nacionalista y de tensiones políticas con México. Para Sheinbaum, la respuesta es clara: «En México gobierna el pueblo», subrayando el orgullo nacional y la soberanía.
Más allá del debate nominal, este episodio evidencia cómo los nombres y símbolos geográficos pueden convertirse en campos de batalla ideológicos, reflejando las dinámicas de poder y los conflictos culturales entre naciones vecinas.
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