Redactor: Sam Torne
La propuesta para reducir la jornada laboral en México de 48 a 40 horas semanales ha sido un tema central en el debate público. Aunque no se aprobó en 2024, se espera que en 2025 se retome la discusión y posible implementación de esta reforma.
Actualmente, la Ley Federal del Trabajo (LFT) establece una jornada máxima de 48 horas semanales, con un solo día de descanso obligatorio. La reforma propone reducir la jornada a 40 horas semanales y otorgar dos días de descanso, preferiblemente sábado y domingo. Este cambio busca mejorar la calidad de vida de los trabajadores, permitiéndoles más tiempo para actividades personales y familiares, y promover un equilibrio entre la vida laboral y personal.
Impacto en los horarios laborales
De aprobarse la reforma, las jornadas laborales se ajustarían de la siguiente manera:
- Jornada diurna: actualmente de hasta 8 horas diarias, se reduciría para cumplir con el límite de 40 horas semanales.
- Jornada nocturna: actualmente de hasta 7 horas diarias, también se ajustaría para no exceder las 40 horas semanales.
- Jornada mixta: actualmente de hasta 7 horas y media diarias, se modificaría conforme a la nueva normativa.
Además, se propone que los trabajadores que laboren en días de descanso reciban una prima adicional del 25% sobre su salario diario.
Proceso legislativo
La presidenta Claudia Sheinbaum ha manifestado su intención de retomar esta reforma en 2025, coordinando mesas de diálogo entre empresarios, trabajadores y sindicatos, bajo la supervisión de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social. Se prevé que la implementación sea gradual y por sectores, para permitir una adaptación adecuada por parte de las empresas.
La propuesta ha generado opiniones divididas:
- A favor: se argumenta que una reducción de la jornada laboral mejoraría la calidad de vida de los trabajadores, incrementaría la productividad y alinearía a México con estándares internacionales.
- En contra: algunos sectores empresariales expresan preocupación por el impacto económico y operativo que podría conllevar la reducción de horas laborales, especialmente en pequeñas y medianas empresas.
Países como Francia y Alemania han implementado jornadas laborales más cortas, reportando mejoras en la productividad y bienestar de los trabajadores. Sin embargo, la adaptación ha requerido ajustes significativos en las estructuras laborales y culturales.
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