Redacción: M.L
El Ejido Playa del Carmen ha sido clave en el desarrollo de la ciudad. Gracias a sus tierras, se han construido colonias, comercios y zonas turísticas. Sin embargo, enfrenta un desafío: el crecimiento urbano descontrolado y la venta de terrenos a particulares podrían afectar su equilibrio ambiental y social.
Los ejidos en México son tierras de propiedad colectiva creadas para apoyar a las comunidades rurales. Aunque cada ejidatario trabaja su parcela, la propiedad sigue siendo comunal y está regulada por una asamblea. En Playa del Carmen, 172 ejidatarios tienen derechos legalmente reconocidos, según el Registro Agrario Nacional.
El crecimiento de la ciudad ha llevado a la regularización de predios en zonas como la colonia Luis Donaldo Colosio, beneficiando a cientos de familias. No obstante, la expansión también ha generado problemas. La invasión de terrenos y los asentamientos irregulares han obligado a los ejidatarios a tomar medidas legales para proteger su patrimonio.
Además, el ejido cumple un papel ambiental. Muchas de sus tierras incluyen selvas y manglares que regulan el clima y protegen la biodiversidad. Su venta descontrolada podría causar deforestación y pérdida de ecosistemas.
En cuanto a la agricultura, aunque Playa del Carmen se enfoca en el turismo, en Quintana Roo aún se cultivan productos como frijol, caña de azúcar y naranja. Estos cultivos garantizan el abastecimiento de alimentos y generan ingresos para comunidades rurales. Sin embargo, la venta de tierras agrícolas a inversionistas podría reducir la producción local y desplazar a pequeños productores.
Otro riesgo es el aumento del costo de la tierra. La venta masiva de terrenos a empresas privadas encarece la vivienda y dificulta el acceso de la población local a espacios habitacionales.
El reto es encontrar un equilibrio entre crecimiento y conservación. La expansión de Playa del Carmen no debe comprometer sus recursos naturales ni la estabilidad de sus habitantes.
Es por eso por lo que el futuro del Ejido Playa del Carmen no solo es un asunto de sus integrantes, sino de toda la comunidad. La elección del próximo comisariado ejidal será clave para definir el rumbo del desarrollo urbano, la conservación ambiental y la transparencia en el uso del suelo. ¿Quién asumirá este cargo y cómo influirá su gestión en el crecimiento de Playa del Carmen en los próximos años?
¿Se puede seguir avanzando sin perder el control del territorio? La respuesta definirá el futuro del ejido y de la ciudad.
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