«El gobierno no debe ser una carga»: Sheinbaum defiende la austeridad como un eje de la Cuarta Transformación
Redactor: Sam Torne
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, ha reforzado su compromiso con la austeridad como una de las banderas principales de la Cuarta Transformación (4T). Durante una reciente declaración, Sheinbaum destacó la importancia de que los funcionarios públicos vivan «en la justa medianía», un principio inspirado en los ideales del expresidente Benito Juárez.
«La justa medianía» implica evitar lujos, privilegios y gastos innecesarios que, según Sheinbaum, desvían los recursos del pueblo. «Los recursos del pueblo son para el pueblo, no para ninguna otra cosa» afirmó la mandataria. Este enfoque se ha convertido en uno de los pilares fundamentales del movimiento encabezado por Morena desde su llegada al poder en 2018.
Sheinbaum ha señalado que gobernadores, legisladores y otros servidores públicos deben reflejar en su estilo de vida la misma modestia que predican en sus políticas. Esto, según la presidenta, es esencial para una administración pública que priorice el bienestar ciudadano por encima de intereses personales o gastos superfluos.
La austeridad republicana en la 4T
Desde su implementación en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, la Ley de Austeridad Republicana ha buscado regular el gasto público federal, promoviendo la transparencia y eficiencia en el manejo de los recursos. Este marco legal prohíbe privilegios para funcionarios y establece normas estrictas sobre el uso del presupuesto estatal.
Sheinbaum, en su discurso de toma de protesta el pasado 1 de octubre, aseguró que este modelo continuará siendo una prioridad durante su mandato. «El gobierno no debe ser una carga para el pueblo» subrayó. Con estas palabras, reafirmó el compromiso de la 4T de garantizar que no puede haber «gobierno rico con pueblo pobre», una frase atribuida también a Benito Juárez.
Aunque el enfoque de Sheinbaum ha sido bien recibido por ciertos sectores, no está exento de críticas. Algunos expertos han señalado que la austeridad, si no se aplica con equilibrio, puede afectar programas sociales o inversiones clave en infraestructura. Sin embargo, la presidenta insiste en que el gasto público debe centrarse en beneficiar directamente a la ciudadanía, con medidas como los Programas de Bienestar que han caracterizado a su administración.
La austeridad también busca reforzar la confianza pública en las instituciones. Según Sheinbaum, vivir sin excesos no solo es un deber ético, sino una herramienta para fomentar la credibilidad y el respeto hacia los servidores públicos.
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