Redacción: Amairany Ramírez
Miles de fieles y curiosos que se congregaban en la histórica Plaza de San Pedro contuvieron el aliento la tarde de este miércoles, 7 de mayo de 2025. La mirada de todos estaba puesta en la pequeña chimenea colocada en el tejado de la Capilla Sixtina. Poco después de las 9 de la noche hora de Roma, la esperaba señal llegó, pero no fue la que muchos deseaban: salió humo negro.
Esta “fumata negra” es la manera tradicional que tienen los cardenales para comunicar al mundo que, en su primera votación secreta y a puerta cerrada, aún no han alcanzado el consenso necesario para elegir al sucesor del Papa Francisco. No es una sorpresa que la primera votación dé humo negro, ya que los cardenales suelen tomarse tiempo para ponerse de acuerdo.
El proceso para elegir al nuevo líder de los 1,400 millones de católicos en el mundo comenzó este miércoles con la entrada de los 133 cardenales electores, es decir, aquellos menores de 80 años, a la Capilla Sixtina. Este ritual, conocido como Cónclave (que viene del latín ‘cum clave’, ‘bajo llave’), implica que los cardenales permanecen completamente aislados del exterior, sin acceso a teléfonos, internet o prensa.
Antes de comenzar a votar frente a los impresionantes frescos de Miguel Ángel, los “príncipes de la Iglesia” juraron guardar secreto absoluto sobre todo lo que ocurra dentro. La elección requiere una mayoría de dos tercios de los votos, lo que significa que se necesitan al menos 89 votos para que un candidato sea elegido.
Este Cónclave se lleva a cabo en un momento considerado “difícil, complejo y convulso” para la Iglesia Católica, que enfrenta desafíos internos y externos, incluyendo tensiones y escándalos. Por ello, en las oraciones previas al encierro, se hizo un llamado a mantener la unidad.
Entre los posibles candidatos, aunque no hay un favorito claro, se mencionan nombres como el italiano Pietro Parolin (Secretario de Estado de Francisco), quien tiene una relación estratégica con Latinoamérica y colaboró en el restablecimiento de relaciones del Vaticano con México; el estadounidense Robert Prevost, con profundos lazos con Perú; o, según un análisis de inteligencia artificial, el filipino Luis Antonio Tagle, el español Ángel Fernández Artime y el italiano Matteo Zuppi. El arzobispo primado de México, Carlos Aguiar Retes, también participa en esta histórica votación y realizó el juramento de secreto.
La espera continúa. El mundo católico, y gran parte del planeta, seguirán atentos a la pequeña chimenea de la Capilla Sixtina, a la espera de que el humo cambie a blanco, la señal que anunciará el nombre del nuevo Papa.
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