Redacción: Marlone Serrano
En el marco del Foro “ABC para un México Sustentable”, el Panel 9 titulado “Retos e impactos en el manejo de residuos en los municipios y ciudades ante la crisis climática y ambiental actual”puso sobre la mesa una de las problemáticas más urgentes del país: la creciente generación de basura y su manejo deficiente, en un contexto de emergencia ambiental.
A nivel global, las cifras son alarmantes. Se proyecta que en 2050 se generarán más de 3,880 millones de toneladas de residuos al año, mientras que actualmente, solo el 13.5% se recicla. En el caso de México, se producen entre 102,000 y 120,000 toneladas diarias, pero apenas se recicla un 9.6%, y una parte importante termina en tiraderos a cielo abierto, de los cuales 658 no cumplen con ninguna norma básica de operación.
El metano, un gas con un potencial de calentamiento global 84 veces mayor que el CO₂, es liberado en grandes cantidades por los vertederos mal gestionados. Este gas agrava la crisis climática, mientras que la infraestructura obsoleta y la escasa educación ambiental obstaculizan una gestión eficiente.
Durante el panel, especialistas subrayaron que el problema de los residuos es sistémico. Factores como el crecimiento poblacional, el modelo económico lineal, la producción excesiva de envases y la falta de inversión en infraestructura contribuyen a una crisis que ya impacta en la salud pública, la contaminación de suelos y cuerpos de agua, y en costos económicos millonarios.
Sin embargo, también se presentaron ejemplos esperanzadores. La UNITEC Campus Atizapán ha impulsado desde 2015 una estrategia integral de reducción, separación y revalorización de residuos. Por su parte, la Ciudad de México ha implementado un ambicioso Plan de Basura Cero, que incluye nuevas plantas de reciclaje, bioaditivos y carbonización hidrotermal, así como campañas de educación ambiental.
Los expertos coincidieron en que la transición hacia una economía circular es inaplazable. Esto implica rediseñar productos, fomentar el consumo responsable, invertir en innovación tecnológica y fortalecer la legislación ambiental. Además, llamaron a la participación de todos los sectores: gobierno, empresas, universidades y sociedad civil.
El llamado fue claro: sin cambios estructurales en la forma en que producimos, consumimos y desechamos, el futuro será insostenible. Pero con voluntad política, educación y corresponsabilidad ciudadana, aún es posible cambiar el rumbo.
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