Redacción: Amairany Ramírez
Una nueva variante del virus que causa el Covid-19 ha despertado la atención de las autoridades de salud y los expertos a nivel global, al reportarse un aumento de casos y su detección en varios países, incluyendo Estados Unidos. Aunque los especialistas señalan que el riesgo para la salud pública se mantiene bajo a nivel mundial, la rapidez con la que se está propagando justifica una estrecha vigilancia.
La variante, identificada como NB.1.8.1, fue detectada por primera vez en China en enero de este año. Desde entonces, ha ganado terreno y, a mediados de mayo, representaba casi el 11% de las muestras del virus secuenciadas a nivel global. Su presencia es notable en regiones como el Mediterráneo oriental, el Sudeste Asiático y el Pacífico occidental. Específicamente, ha circulado con fuerza en China y Hong Kong, convirtiéndose en la variante dominante allí a finales de abril.
En Estados Unidos, la variante NB.1.8.1 se detectó en viajeros internacionales a través de programas de control en aeropuertos a finales de marzo y principios de abril. Se ha encontrado en pasajeros que llegaron a estados como California, Washington, Virginia y Nueva York.
¿Cómo se manifiesta esta variante?
Los síntomas asociados con la NB.1.8.1 son, en gran medida, similares a los de variantes anteriores del coronavirus. Los más frecuentes incluyen:
- Tos
- Dolor de garganta
- Fiebre
- Cansancio
Importante para la tranquilidad pública: no hay evidencia que sugiera que esta nueva variante cause cuadros más graves que sus predecesoras. Subhash Verma, experto en microbiología e inmunología, y la doctora Amy Edwards, especialista en enfermedades infecciosas pediátricas, han explicado que, aunque puede presentar una mayor capacidad de propagación, esto no se traduce necesariamente en una mayor severidad de la enfermedad.
El aumento de hospitalizaciones reportado en lugares como China y Hong Kong, donde la variante ha circulado con más fuerza, parece estar vinculado a un repunte estacional habitual más que a una mayor peligrosidad propia de la variante, según la doctora Edwards.
Algunos estudios de laboratorio sugieren que la NB.1.8.1 podría adherirse con mayor firmeza a las células humanas, lo que facilitaría su transmisión. Esta capacidad de propagación es una de las razones por las que las agencias de salud la mantienen bajo estrecha vigilancia.
A pesar de su rápida propagación y clasificación como “variante bajo monitoreo” (VUM) por la Organización Mundial de la Salud (OMS), el organismo ha señalado que el riesgo global para la salud pública es bajo.
En Estados Unidos, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) continuará autorizando actualizaciones de la vacuna, especialmente para personas mayores y aquellas con afecciones médicas preexistentes como embarazo o diabetes. Sin embargo, la doctora Amy Edwards mencionó que aún no están del todo claras las recomendaciones específicas para este año en cuanto a qué variantes se incluirán en las fórmulas y qué condiciones se considerarán.
En un contexto aparte, se informó que la secretaría de salud en Estados Unidos anunció que ya no se recomienda la vacunación contra el Covid-19 para niños sanos ni para mujeres embarazadas, una decisión que ha sido cuestionada por varios expertos en salud pública.
Si bien la nueva variante NB.1.8.1 está circulando y presenta una potencial mayor facilidad para transmitirse, los síntomas son similares a los conocidos y no hay evidencia de que cause una enfermedad más grave. Las autoridades sanitarias continúan monitoreando la situación de cerca para evaluar cualquier cambio.
