Redacción: Guicel Garrido
Un potente terremoto de magnitud 4,4 sacudió la ciudad de Nápoles y sus alrededores en la madrugada del jueves 13 de marzo, sembrando el pánico entre los residentes y causando daños materiales significativos. El epicentro del sismo se localizó frente a la costa de Pozzuoli, en la región de Campos Flegreos, y se registró como el más fuerte en la zona en las últimas cuatro décadas.
El impacto del terremoto causó efectos especialmente graves en el distrito de Bagnoli. Los servicios de emergencia, incluyendo bomberos y equipos de rescate, se movilizaron rápidamente para responder a las llamadas de auxilio y evaluar los daños. Una mujer tuvo que ser rescatada de entre los escombros de un edificio derrumbado, y se reportaron daños en viviendas, automóviles e incluso en la iglesia de Santa Ana. La tensión se mantuvo alta debido a una serie de réplicas de menor magnitud que siguieron al primer sismo.
El caos se apoderó de la ciudad mientras los residentes, asustados, abandonaban sus hogares en busca de seguridad. Las calles se llenaron de gente, y algunos incluso forzaron la entrada a una antigua base de la OTAN en busca de refugio. El transporte público se vio afectado, con Trenitalia informando retrasos en varias rutas de tren. Las escuelas en la zona de Bagnoli-Fuorigrotta cerraron como medida de precaución, y se establecieron zonas de espera seguras en Pozzuoli.
Las autoridades locales y regionales están trabajando para evaluar la magnitud de los daños y brindar asistencia a los afectados. Se espera que la actividad sísmica continúe siendo monitoreada de cerca en los próximos días.
