Redactor: Sam Torne
La industria automotriz está en constante evolución, y uno de los principales focos de innovación es la mejora de la autonomía de los vehículos eléctricos (VE). Alcanzar los 1.000 kilómetros con una sola carga ya es técnicamente posible gracias a avances recientes en tecnología de baterías. Sin embargo, la implementación masiva de estas soluciones enfrenta desafíos significativos.
Empresas como Our Next Energy (ONE) han desarrollado baterías híbridas de doble química que combinan diferentes tipos de celdas para maximizar la eficiencia y la capacidad energética. Un ejemplo destacado es la batería Gemini, que integra celdas de fosfato de hierro y litio (LFP) para trayectos cortos y celdas de alta densidad energética para distancias largas. Esta combinación permitió a un BMW iX equipado con dicha batería recorrer 978 kilómetros con una sola carga.
Además, fabricantes como NIO han logrado superar la barrera de los 1.000 kilómetros de autonomía en condiciones controladas. El modelo ET7 de NIO, equipado con una batería de 150 kWh de estado semisólido, alcanzó una autonomía de 1.046 kilómetros en pruebas realizadas en China.
A pesar de estos avances, la comercialización generalizada de baterías con 1.000 kilómetros de autonomía enfrenta varios obstáculos:
- Costos de producción: las baterías de alta capacidad requieren materiales y procesos de fabricación más costosos, lo que incrementa el precio final del vehículo.
- Peso y espacio: baterías más grandes y potentes suelen ser más pesadas y voluminosas, afectando el diseño y la eficiencia del vehículo.
- Infraestructura de carga: aunque la autonomía se incrementa, la infraestructura de carga rápida capaz de soportar estas baterías aún es limitada en muchas regiones.
- Gestión térmica: baterías de mayor densidad energética generan más calor, lo que requiere sistemas avanzados de refrigeración para mantener un rendimiento seguro y eficiente.
La investigación continúa enfocándose en desarrollar baterías más ligeras, económicas y con mayor capacidad. Tecnologías emergentes, como las baterías de estado sólido y las híbridas que combinan diferentes materiales, prometen superar algunos de los desafíos actuales. No obstante, la transición hacia vehículos eléctricos con autonomías extendidas dependerá no solo de los avances tecnológicos, sino también de inversiones en infraestructura y adaptaciones en la cadena de suministro.
¿Te gustó nuestra nota? ¡Contáctanos y deja tu comentario! AQUÍ
Conoce nuestra red ANCOP Network AQUÍ
