Redacción: Inés Arroyo
La inteligencia artificial (IA) ha transformado aspectos clave de la vida diaria, desde la automatización de tareas hasta la personalización de servicios. Sin embargo, su creciente presencia plantea dudas sobre sus efectos en las relaciones humanas y en la sociedad en general. Expertos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) han señalado la necesidad de adoptar una postura crítica frente a esta tecnología durante el ciclo “Jueves de Ciencia. Nuestra nueva realidad”, organizado por Fundación UNAM y transmitido por TVUNAM.
Carlos Ignacio Hernández Castellanos, investigador del Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y en Sistemas (IIMAS) de la UNAM, destacó que la IA llegó para quedarse, pero advirtió sobre su impacto en las relaciones personales. Según el experto, la capacidad de la IA para adaptarse a las necesidades emocionales de los usuarios, dándoles constantemente la razón y estando siempre disponible, podría generar dependencia. Esta dependencia emocional a los sistemas artificiales podría llevar a preferir interacciones virtuales sobre las reales, afectando la calidad de las relaciones humanas.
Por su parte, Araxi Urrutia, investigadora del Instituto de Ecología de la UNAM, mencionó que la IA podría aislar a las personas de diferentes perspectivas. En un entorno digital donde los algoritmos refuerzan las opiniones personales, los usuarios podrían quedar atrapados en un círculo de contenidos que refuerzan sus creencias, limitando la exposición a puntos de vista contrarios. Este fenómeno podría reducir la capacidad de debatir y reflexionar de manera crítica, algo esencial para una sociedad plural.
La educación juega un papel fundamental en este contexto. Jaime Urrutia Fucugauchi, investigador emérito de la UNAM, destacó que es crucial enseñar a las nuevas generaciones a utilizar las tecnologías de manera responsable. Si nos dejamos guiar únicamente por lo que la IA nos ofrece, podríamos perder la capacidad de definir nuestras propias necesidades y deseos, elementos clave para la autonomía personal.
Eduardo Morales, experto en aprendizaje computacional y robótica, resaltó el desarrollo acelerado de la IA y su impacto en diversas áreas del conocimiento. Si bien la tecnología promete grandes beneficios, Morales advirtió que no debemos ver las máquinas como infalibles. La IA aún no tiene la capacidad de discernir lo verdadero de lo falso ni de comprender el mundo físico, por lo que es necesario un enfoque crítico y regulaciones adecuadas para su integración en la sociedad.
Una de las principales preocupaciones es la posible ampliación de las brechas sociales. Morales subrayó que el acceso desigual a la IA podría profundizar la división entre ricos y pobres, ya que quienes tengan acceso a la tecnología se beneficiarán en áreas clave como la salud y la educación, mientras que los más desfavorecidos se quedarán atrás.
En resumen, aunque la IA tiene un potencial transformador, su integración en la sociedad debe ser gestionada con cautela. La reflexión crítica, la educación responsable y una regulación adecuada son esenciales para que sus beneficios sean aprovechados de manera ética y equitativa. Sin estos elementos, la IA podría profundizar las desigualdades y afectar nuestra capacidad de pensar de manera autónoma.
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