Redactor: Sam Torne
Mark Zuckerberg, CEO de Meta (Facebook, Instagram, Threads), ha adoptado una postura radicalmente diferente ante el escenario político actual en Estados Unidos. En un video publicado en sus redes sociales, Zuckerberg anunció el fin del fact-checking en Estados Unidos, un programa creado para combatir la desinformación. Con declaraciones como «Estamos restaurando la libertad de expresión en nuestras plataformas», el empresario parece estar alineándose con la narrativa de la nueva administración liderada por Donald Trump.
El giro político de Zuckerberg se produce tras la reelección de Trump, quien obtuvo 14 millones de votos más que en 2016. Este hecho marca un nuevo capítulo para Meta, una empresa que ha enfrentado múltiples escándalos, desde el caso Cambridge Analytica hasta las críticas por su rol en la propagación de discurso de odio y desinformación.
En 2016, tras la elección de Trump, Zuckerberg expresó arrepentimiento, reconociendo las fallas de su plataforma en la moderación de contenido. En los años siguientes, el fundador de Meta invirtió millones de dólares en equipos de moderación y en el programa de fact-checking, colaborando con organizaciones independientes para combatir la proliferación de noticias falsas. Sin embargo, con Trump de vuelta en la Casa Blanca, Zuckerberg parece haber abandonado ese enfoque.
¿Un cambio estratégico o presión política?
La decisión de eliminar el fact-checking en Estados Unidos ha generado reacciones divididas. Mientras algunos lo ven como un paso hacia la libertad de expresión, otros consideran que Meta podría estar cediendo ante la presión política de la nueva administración.
Kate Klonick, profesora de Derecho en la Universidad de St. John, comentó: «Para Zuckerberg, parece que la mejor manera de defender la libertad de expresión es alinearse con el Gobierno de Estados Unidos. Eso no tiene sentido».
Además, analistas como Andrew Selepak, profesor de medios de comunicación en la Universidad de Florida, sugieren que el comportamiento de Zuckerberg podría estar influido por una rivalidad tácita con Elon Musk, quien ha ganado protagonismo como defensor de la libertad de expresión en redes sociales como X (antes Twitter).
En un intento por fortalecer sus vínculos con el presidente electo, Zuckerberg ha dado pasos concretos. En noviembre, cenó con Trump y donó un millón de dólares para su ceremonia de investidura. Además, ha nombrado a aliados del mandatario para puestos clave dentro de Meta, lo que refuerza la percepción de una alineación estratégica con la nueva administración.
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