Redactor: Sam Torne
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, dio el banderazo de salida al nuevo tren de pasajeros que conectará la Ciudad de México con Querétaro. El megaproyecto, anunciado oficialmente en Pedro Escobedo, busca modernizar la infraestructura ferroviaria del país y promete ser un motor de desarrollo para el norte del territorio. No obstante, a pesar del entusiasmo oficial, el Panel Ambiental del T-MEC ha recomendado una investigación para evaluar su impacto ecológico.
Con una longitud aproximada de 200 kilómetros, el tren está diseñado para alcanzar velocidades de entre 160 y 200 kilómetros por hora. Según Gustavo Vallejo, jefe del cuerpo de ingenieros militares Felipe Ángeles, el trayecto reducirá el tiempo de viaje a menos de dos horas, en contraste con las cuatro o más que puede tardarse actualmente en automóvil debido al tráfico.
La ruta no solo facilitará el tránsito entre la capital y Querétaro, sino que se integrará a un ambicioso plan ferroviario que sumará más de 3 mil kilómetros de vías hacia Nuevo Laredo, en Tamaulipas, y Nogales, en Sonora. El gobierno federal espera que el proyecto contribuya a fortalecer el comercio interno y a revitalizar el transporte de pasajeros, un modelo que en las últimas décadas había sido relegado frente al uso del automóvil.
La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) será la encargada tanto de la construcción como de la futura operación del tren, consolidando el papel protagónico que las Fuerzas Armadas han adquirido en los proyectos de infraestructura durante los últimos sexenios.
Preocupaciones ambientales y laborales en el horizonte
A pesar de los anuncios positivos, el Panel Ambiental creado en el marco del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) ha recomendado investigar los posibles efectos ambientales del proyecto. Organizaciones de la sociedad civil han manifestado inquietudes sobre los impactos en ecosistemas locales, especialmente debido a la construcción de viaductos elevados, perforaciones de cerros y alteraciones en cruces de agua.
Aunque las autoridades aseguraron que el tren cuenta con los estudios de impacto ambiental necesarios, el Panel insiste en verificar que estos cumplan con los estándares internacionales de protección ambiental suscritos por México en el T-MEC.
Por otro lado, la construcción generará cerca de 200 mil empleos temporales, según estimaciones oficiales. Sin embargo, sindicatos y observadores advierten la necesidad de vigilar las condiciones laborales en los múltiples frentes de obra que se abrirán simultáneamente.
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