Redactor: Sam Torne
El colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco descubrió en marzo pasado en el Rancho Izaguirre, ubicado en Teuchitlán, Jalisco, una serie de evidencias que sugieren la existencia de un presunto centro de exterminio operado por el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Entre los hallazgos se encuentran aproximadamente 200 pares de zapatos, cientos de prendas de vestir y restos humanos calcinados. Este descubrimiento generó una profunda conmoción en la sociedad mexicana y puso en el centro del debate la crisis de desapariciones forzadas en el país.
El 29 de abril el fiscal general Alejandro Gertz Manero ofreció una conferencia de prensa en la que afirmó que el Rancho Izaguirre fue utilizado como centro de reclutamiento y entrenamiento por el CJNG, pero negó que existieran pruebas de que el lugar funcionara como un crematorio clandestino. Según Gertz, los estudios periciales realizados por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) indicaron que las temperaturas en el sitio no superaron los 200 grados Celsius, insuficientes para la incineración de cuerpos humanos, que requiere temperaturas superiores a los 800 grados.
La respuesta del colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco
Ante las declaraciones del fiscal, el colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco emitió una carta dirigida a la presidenta Claudia Sheinbaum, en la que expresaron su desacuerdo con la versión oficial y acusaron a Gertz de intentar «matar la verdad» sobre lo ocurrido en el rancho. El colectivo afirmó que en el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses existen 17 lotes de restos óseos calcinados, incluyendo fragmentos de cráneo, fémur, cadera, falanges y piezas dentales, que constituyen pruebas irrefutables de la existencia de restos humanos calcinados.
Además, señalaron que el fiscal general no ha visitado el Rancho Izaguirre y que sus declaraciones desacreditan el trabajo de las madres buscadoras, quienes han realizado labores de búsqueda y recolección de evidencias en condiciones precarias y con recursos limitados.
