Redactor: Sam Torne
El firmamento nos ofrece una oportunidad única: la posible erupción de la estrella T Coronae Borealis (T CrB), un fenómeno que ocurre aproximadamente cada 80 años. Si eres amante de la astronomía, prepárate para presenciar un evento que podría no repetirse en tu vida.
T Coronae Borealis es un sistema estelar binario situado a unos 3,000 años luz de la Tierra, en la constelación de la Corona Boreal. Este sistema está compuesto por una gigante roja y una enana blanca en estrecha órbita mutua. La enana blanca, debido a su intensa gravedad, atrae material de su compañera gigante roja.
Con el tiempo, este material se acumula en la superficie de la enana blanca hasta alcanzar condiciones críticas que desencadenan una explosión termonuclear, conocida como «nova». A diferencia de una supernova, esta explosión no destruye la estrella, permitiendo que el ciclo se repita.
Las erupciones de T CrB han sido documentadas en 1866 y 1946, alcanzando una magnitud aparente de 2.0, lo que la hizo visible a simple vista. Se cree que también hubo erupciones anteriores en 1217 y 1787, lo que sugiere un ciclo de aproximadamente 80 años. Basándose en este patrón, los astrónomos anticipan una nueva erupción en fechas próximas, con estimaciones que apuntan al 27 de marzo de 2025.
Para observar este fenómeno, deberás localizar la constelación de la Corona Boreal, situada entre las constelaciones de Bootes y Hércules. En marzo, esta constelación aparece en el cielo oriental aproximadamente tres horas después del atardecer, siendo fácilmente visible alrededor de cuatro horas después de la puesta del sol.
T CrB se encuentra entre dos de las estrellas más brillantes del cielo nocturno: Vega, que surge en el noreste, y Arcturus, que aparece en el este. Ubicando estas estrellas, podrás encontrar la Corona Boreal y, con suerte, la brillantez de T CrB durante su erupción.
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Las novas, como la que se espera de T CrB, son eventos astronómicos que ofrecen valiosa información sobre la evolución de las estrellas y la dinámica de los sistemas binarios. Estudiar estas explosiones permite a los científicos comprender mejor los procesos de acumulación de materia, las reacciones termonucleares y la interacción entre estrellas compañeras. Además, observar una nova proporciona a los entusiastas de la astronomía una experiencia única y memorable.
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