Redactor: Sam Torne
La Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) se posiciona como la dependencia con mayor incremento presupuestal en el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF) 2025. Con un aumento del 183% respecto al año anterior, la Sedatu manejará un total de 38,048 millones de pesos, destacando entre las secretarías del gobierno federal. Este incremento significativo tiene como principal beneficiario al Programa de Vivienda Social, que concentrará el 84.1% del total asignado, equivalente a 32,000 millones de pesos.
Este programa, a cargo de la Comisión Nacional de Vivienda (Conavi), busca combatir la brecha creciente entre los costos de vivienda y los ingresos de los mexicanos, un problema que se ha intensificado en los últimos años. Para 2025, el gobierno planea ejecutar 150,000 acciones de vivienda, de las cuales 50,000 estarán destinadas a nuevas construcciones y 100,000 a mejoramientos o ampliaciones. Esta ambiciosa estrategia tiene como objetivo reducir las condiciones de precariedad habitacional en los sectores más vulnerables del país.
Redistribución de prioridades
El enfoque presupuestal de la Sedatu para 2025 también incluye otros programas relevantes, aunque con asignaciones menores. El Programa de Mejoramiento Urbano (PMU) recibirá 2,500 millones de pesos, un descenso relevante respecto a los 4,446 millones asignados en 2024. Este programa se encargará de ejecutar 126 proyectos de infraestructura y espacios públicos, así como mejorar servicios básicos como agua potable, drenaje y alumbrado en zonas urbanas marginadas.
Por otro lado, la Política de Desarrollo Urbano y Ordenamiento del Territorio contará con 846 millones de pesos, mientras que la Procuración de Justicia Agraria dispondrá de 763 millones. Finalmente, el Programa para Regularizar Asentamientos Humanos cerrará el listado con un presupuesto de 84 millones de pesos. Esta redistribución refleja un cambio de enfoque hacia la vivienda social como eje central de la política de desarrollo territorial.
Crisis de vivienda: un problema urgente
El aumento en el presupuesto para vivienda responde a la creciente crisis habitacional en México. De acuerdo con el Informe de Situación Inmobiliaria de BBVA, entre 2005 y 2023, el valor de los inmuebles en el país creció a un ritmo anual del 6.4%, mientras que los ingresos de los trabajadores apenas aumentaron un 2.4% por año. En estados con alta actividad corporativa y turística, como Quintana Roo, el precio de la vivienda se disparó un 178% entre 2016 y 2022, mientras que los ingresos laborales solo crecieron un 3%. En la Ciudad de México, el poder adquisitivo para adquirir vivienda se redujo drásticamente, con una contracción del 89% en términos reales.
El acceso al crédito hipotecario también refleja esta desigualdad. Mientras que el Infonavit ha mostrado un crecimiento del 18.9% en el número de créditos otorgados, la banca comercial ha reducido un 6.8% sus préstamos para la adquisición de vivienda. Este fenómeno limita aún más las opciones para quienes buscan financiar una vivienda, especialmente en el segmento de interés social, cuyo valor es menor a 1.1 millones de pesos.
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