Redactor: Sam Torne
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) ha ajustado a la baja su proyección de crecimiento económico para México en 2024, situándola en un 1.4%. Esta cifra representa una disminución de 0.5 puntos porcentuales respecto a la estimación de agosto, que era del 1.9%. Para 2025, la Cepal anticipa un crecimiento aún menor para México, estimando una expansión del 1.2%. Estas cifras contrastan con las proyecciones de la Secretaría de Hacienda mexicana, que prevé un crecimiento entre el 2% y el 3% para ese año.
A nivel regional, la Cepal proyecta un crecimiento promedio del Producto Interno Bruto (PIB) de América Latina y el Caribe del 2.2% en 2024 y del 2.4% en 2025, lo que indica que México se encuentra por debajo de la media regional en términos de crecimiento económico.
Factores que influyen en las proyecciones
El organismo destaca que la región enfrenta una “trampa de baja capacidad para crecer”, caracterizada por una lenta creación de empleo y una actividad económica impulsada principalmente por el consumo, con una participación limitada de la inversión y una nula contribución de las exportaciones netas. Además, la Cepal advierte sobre riesgos globales, como el aumento de las tensiones geopolíticas y comerciales, que podrían afectar negativamente las cotizaciones internacionales de las materias primas y generar fricciones en las cadenas logísticas de transporte.
Implicaciones para la economía mexicana
La reducción en las proyecciones de crecimiento económico para México sugiere desafíos significativos para la economía nacional en los próximos años. La limitada inversión y la dependencia del consumo privado como principal motor de crecimiento podrían restringir el desarrollo económico sostenible a mediano y largo plazo. Además, la Cepal señala que, aunque la inflación en la región muestra una tendencia a la baja, las condiciones de financiamiento siguen siendo difíciles, lo que podría limitar el espacio para la implementación de políticas macroeconómicas expansivas que impulsen el crecimiento.
Para enfrentar estos desafíos, la Cepal insiste en la necesidad de movilizar recursos financieros significativos y en la implementación de políticas productivas que dinamicen la inversión y la productividad. Sin una inversión robusta, la capacidad de las economías de la región para sostener un crecimiento sólido en el mediano y largo plazo se ve comprometida.
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