Nuevo acuerdo México-UE: oportunidades comerciales bajo la sombra de concesiones forzadas 

México y la Unión Europea (UE) concluyeron las negociaciones para modernizar su Acuerdo Global, vigente desde el año 2000. Este nuevo tratado busca ampliar el comercio y la inversión bilateral, en un contexto marcado por las amenazas arancelarias del entonces presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump.  

El acuerdo del 17 de enero incluye la eliminación de aranceles en productos agrícolas, la apertura de licitaciones públicas y la cooperación en materias como sostenibilidad y derechos humanos.​ 

Sin embargo, el proceso de modernización no estuvo exento de desafíos. Las reformas constitucionales impulsadas durante la administración de Andrés Manuel López Obrador, especialmente en el sector energético, generaron fricciones con la UE.  

Como resultado, México aceptó concesiones en áreas sensibles, como la reducción de cuotas para exportaciones de carne, pollo y etanol, y mayores restricciones en la exportación de vehículos eléctricos.​ 

Actualmente, más del 80% de las exportaciones mexicanas se dirigen a Estados Unidos. Ante la posibilidad de nuevas medidas proteccionistas por parte de ese país, el acuerdo con la UE representa una estrategia para diversificar los mercados y reducir la dependencia económica.  

Aunque el comercio entre México y la UE alcanzó los 84 mil millones de dólares en 2023, aún está lejos de los más de 800 mil millones de dólares del intercambio con EE. UU. 

El nuevo acuerdo promete beneficios como el acceso preferencial al mercado europeo para productos mexicanos y la atracción de inversiones en sectores estratégicos. No obstante, su implementación requerirá la ratificación por parte de los parlamentos de ambos bloques y la superación de posibles resistencias internas, especialmente en temas agrícolas y energéticos. 

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