Redactor: Sam Torne
El gobierno mexicano, bajo la administración de Claudia Sheinbaum, ha intensificado esfuerzos para diversificar las cadenas de suministro y reducir su dependencia de las importaciones provenientes de Asia, particularmente de China. Este enfoque responde tanto a una estrategia comercial como a una necesidad de fortalecer la resiliencia económica nacional, que se ha visto afectada por el predominio asiático en sectores clave como el automotriz, tecnológico y textil.
En este contexto, Europa surge como un socio estratégico. Actualmente, las importaciones desde la Unión Europea (UE) representan el 12.7% del total en México, mientras que Asia domina con un 40%. Con la modernización del Tratado de Libre Comercio entre México y la UE, prevista para 2025, se busca aumentar la participación europea en el comercio mexicano, lo que también fortalecería las relaciones bilaterales en temas de inversión y energía.
El desafío de sustituir a China
La magnitud del reto es significativa. Entre 2000 y 2023, las importaciones mexicanas desde China crecieron exponencialmente, pasando de 2,880 millones a 114,191 millones de dólares. Este aumento posiciona a China como el segundo mayor proveedor de México, después de Estados Unidos. Por su parte, las importaciones desde la UE crecieron de 14,300 millones a 65,122 millones en el mismo periodo, un crecimiento notable, pero no comparable al dinamismo chino.
En términos de productos, China abastece principalmente maquinaria, tecnología, autopartes y textiles, sectores donde los costos competitivos chinos han dificultado la competencia para otros mercados. Para que Europa gane terreno, será necesario garantizar precios competitivos y condiciones de suministro eficaces.
Una oportunidad bilateral
Europa también busca reducir su dependencia de China, que representa su principal proveedor y con quien mantiene un déficit comercial significativo. En este sentido, México ofrece una oportunidad estratégica como socio comercial. Actualmente, la UE es la tercera fuente de importaciones para México, después de Estados Unidos y China. Los principales productos europeos importados incluyen maquinaria, productos químicos y metales básicos, segmentos que pueden expandirse con el nuevo tratado comercial.
Un plan a largo plazo
Expertos como los del centro de investigación «México, ¿cómo vamos?» sugieren que México debe diseñar una estrategia diferenciada para aprovechar al máximo la sustitución de importaciones asiáticas. Esto incluiría fortalecer la producción local y alentar la inversión europea en sectores estratégicos. Asimismo, se trabaja con grandes importadores como Foxconn e Intel para fomentar la manufactura local y reducir las compras asiáticas, especialmente en productos electrónicos y tecnológicos.
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