Redactor: Sam Torne
Varios países hispanoamericanos manifestaron su rechazo ante la nueva toma de posesión de Nicolás Maduro como presidente de Venezuela, afirmando que dicho acto contradice la voluntad popular expresada en las elecciones de julio, en las cuales el candidato opositor Edmundo González habría resultado vencedor. El suceso ha provocado diversos pronunciamientos de gobiernos y cancillerías de la región, que consideran ilegítima la proclamación de Maduro y demandan el respeto a los Derechos Humanos y a las libertades fundamentales del pueblo venezolano.
Reacciones de Perú, Paraguay y otros países de la región
La presidenta de Perú, Dina Boluarte, emitió un comunicado rechazando de manera categórica la toma de posesión de Maduro. Según la mandataria, esta se dio de forma «fraudulenta», al margen de la voluntad popular que, de acuerdo con su gobierno, favoreció a González. Boluarte hizo hincapié en la importancia de respetar el mandato democrático y exigió la liberación inmediata de ciudadanos peruanos detenidos injustamente en territorio venezolano. Además, resaltó su apoyo a un proceso de transición pacífica que permita la recuperación de la institucionalidad en el país caribeño.
En el mismo sentido, la Presidencia de Paraguay expresó su «firme apoyo al presidente electo» Edmundo González, al tiempo que condenó «absolutamente» la continuidad de Maduro. El gobierno paraguayo puso de manifiesto su solidaridad con el pueblo venezolano, resaltando la necesidad de restaurar las garantías fundamentales y los derechos humanos en el país. Paraguay también se sumó a la exigencia de liberar a presos políticos y de crear las condiciones necesarias para recuperar la democracia.
Por su parte, Ecuador se pronunció a través de su Ministerio de Exteriores, denunciando el «irrespeto de la voluntad popular» y tildando el acto de investidura de Maduro como una clara violación a los principios de representación. El gobierno ecuatoriano alertó sobre el deterioro de la institucionalidad venezolana y advirtió del rumbo “dictatorial” que, a su juicio, sigue la nación sudamericana.
Posturas de Chile y Uruguay en defensa de la democracia
El gobierno de Chile, a través de su Ministerio de Exteriores, señaló la falta de legitimidad del acto de toma de posesión. Desde Santiago, se insistió en que las elecciones de julio no cumplieron con los estándares mínimos de transparencia e integridad, razón por la cual no reconocen a Maduro como presidente legítimo de Venezuela. El ejecutivo chileno también condenó el aumento de la represión y la persecución política, a la vez que exigió la restauración de los derechos humanos y las libertades civiles.
Uruguay, por su parte, lamentó que no se cumpliera el «mandato popular» que debía marcar el inicio de una transición democrática. A través de un comunicado, el Ministerio de Exteriores uruguayo señaló que el gobierno de Maduro se mantiene «cada vez más alejado» de los valores democráticos y del bienestar de su propia ciudadanía. Asimismo, llamó a la comunidad internacional a no convalidar lo que considera el «triunfo de la fuerza y la opresión» y reiteró la urgencia de liberar a los detenidos políticos, poniendo fin a la violencia que sufre la sociedad venezolana.
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