Trump, Sheinbaum y Bukele: un posible acuerdo para gestionar migrantes deportados
Redactor: Sam Torne
El equipo del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha iniciado negociaciones discretas con los gobiernos de México y El Salvador para que acepten a migrantes indocumentados que serán deportados masivamente una vez que Trump asuma el cargo en enero de 2025.
Según un informe de Bloomberg, estas conversaciones se están llevando a cabo a través de canales alternativos, incluyendo a líderes empresariales de ambos países, quienes actúan como intermediarios para transmitir mensajes a sus respectivos gobiernos. Entre los principales actores en estas negociaciones se encuentran Mike Waltz, designado como asesor de seguridad nacional, y Stephen Miller, conocido por su postura restrictiva en políticas migratorias. Se espera que Marco Rubio, nominado para secretario de Estado, lidere las negociaciones una vez que asuma su cargo.
Respuesta de México y El Salvador
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha expresado su intención de llegar a un acuerdo con la administración entrante de Trump para que las deportaciones se realicen directamente a los países de origen de los migrantes, evitando que pasen por territorio mexicano. Sheinbaum afirmó: «Esperamos tener un acuerdo con la administración Trump en caso de que haya estas deportaciones para que ellos también envíen a sus países de origen a las personas que vienen de otros países».
Por su parte, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, ha mantenido conversaciones generales sobre migración con Trump, aunque no se han detallado planes específicos. El Salvador podría desempeñar un papel clave en la aceptación de migrantes deportados, dado el historial de cooperación en temas de seguridad y migración entre ambos países.
Uno de los principales desafíos para la implementación del plan de deportaciones masivas es la identificación de países dispuestos a recibir a los migrantes expulsados. Las tensas relaciones de Estados Unidos con naciones como Venezuela, Nicaragua, Cuba y China complican la posibilidad de deportar a ciudadanos de estos países. Por ello, la administración Trump busca acuerdos con México y El Salvador para facilitar el proceso.
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