Redactor: Sam Torne
En los últimos meses, la política comercial de Estados Unidos ha experimentado cambios significativos bajo la administración del presidente Donald Trump. Las relaciones con sus vecinos norteamericanos, México y Canadá, han sido objeto de atención debido a la imposición de aranceles y las posteriores negociaciones. Las diferencias en el trato hacia la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, y el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, han sido notorias y han generado diversas interpretaciones.
Previo a su llegada a la Casa Blanca, el presidente Trump anunció que, desde el primer día de su mandato, impondría aranceles del 25% a las importaciones provenientes de México y Canadá. Esta decisión se justificó como una medida para combatir la entrada de fentanilo y la inmigración ilegal hacia Estados Unidos. El 5 de marzo, estos aranceles entraron en vigor, generando reacciones adversas por parte de ambos países vecinos.
Comunicación con México: elogios y cooperación
El 6 de marzo, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, sostuvo una conversación telefónica con el presidente Trump. Tras la llamada, Trump anunció en su plataforma Truth Social que, en respeto y reconocimiento al esfuerzo de Sheinbaum, México no estaría sujeto a los aranceles en productos incluidos en el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Destacó la cooperación de México en el despliegue de 10,000 efectivos de la Guardia Nacional en la frontera, lo que resultó en una disminución significativa de cruces ilegales, alcanzando el nivel más bajo en 25 años.
Esta no fue la primera ocasión en que Trump elogió a la mandataria mexicana. El 19 de febrero, durante su discurso en la FII Priority en Miami, la calificó como «una mujer maravillosa». Además, en una conversación previa el 3 de febrero, Trump mostró interés en las medidas adoptadas por México para combatir el fentanilo, considerando replicarlas en Estados Unidos.
Relación con Canadá: tensión y críticas
En contraste, la relación de Trump con el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, ha sido menos cordial. El 5 de marzo, ambos líderes sostuvieron una llamada telefónica en la que Trudeau expresó su preocupación por los aranceles impuestos a Canadá. Trump describió la conversación como «algo» amistosa y señaló que no estaba convencido de que Canadá hubiera tomado medidas suficientes para detener el flujo de fentanilo en la frontera.
Además, Trump acusó a Trudeau de utilizar el problema arancelario para mantenerse en el poder, afirmando que, a pesar de su «terrible» gestión, el primer ministro canadiense estaba aprovechando la situación para su beneficio político. Estas declaraciones reflejan una relación tensa y distante entre ambos mandatarios.
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