Redacción: Inés Arroyo
La Ciudad de México fue escenario de una nueva jornada de lucha y reivindicación, con miles de mujeres tomando las calles para conmemorar el Día Internacional de la Mujer, también conocido como el “8M”. Este 8 de marzo, colectivas feministas y familias se reunieron en el centro capitalino para alzar sus voces en pro de la equidad, la igualdad y el respeto a los derechos de la mujer.
El recorrido comenzó en la emblemática Glorieta de las Mujeres que Luchan, en Paseo de la Reforma, desde donde diversos contingentes, vestidos en su mayoría con ropa morada, blanca o portando la icónica pañoleta verde, se dirigieron hacia el Zócalo capitalino. En esta ocasión, la marcha no solo fue una expresión pacífica de demandas, sino también una muestra de unidad entre mujeres de diversos sectores sociales que coincidieron en la necesidad de visibilizar la lucha feminista.
Una de las consignas que resonó con fuerza a lo largo del recorrido fue *“Claudia, escucha, no llegamos todas”*, un grito que exigía atención y acción frente a la violencia de género, la desaparición forzada y la impunidad que persiste en el país. La consigna, dirigida a la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, reflejó la frustración de las manifestantes ante la falta de avances significativos en la seguridad y protección de las mujeres.
Uno de los aspectos más destacados de la jornada fue la presencia del Colectivo Unidas, que instaló un mercadito en la Alameda Central, brindando apoyo a las manifestantes con agua y otros recursos, en un acto de solidaridad. Esta acción resalta la organización interna de los colectivos feministas, que además de alzar sus voces, también buscan cuidar y acompañar a las participantes durante el recorrido.
Sin embargo, el 8M de este año estuvo marcado por una fuerte tensión, cuando un grupo de mujeres encapuchadas, armadas con mazos de goma, comenzaron a golpear las vallas de metal instaladas alrededor de comercios para protegerlos. Este acto fue respaldado por el resto de las participantes al gritar en coro “fuimos todas”, reflejando un mensaje claro de solidaridad con las encapuchadas, a quienes tradicionalmente se les ha estigmatizado por sus acciones.
A pesar de la controversia que genera la presencia de las mujeres encapuchadas, la marcha del 8M reafirmó su carácter plural y diverso, donde se agrupan mujeres de diferentes ideologías y métodos de lucha. A lo largo de la jornada, se dejó en claro que la lucha por los derechos de las mujeres trasciende la diferencia de opiniones, buscando siempre la reivindicación de sus derechos fundamentales.
Este 8 de marzo, la marcha en la CDMX no solo fue un acto de protesta, sino también una reafirmación del compromiso social y político de las mujeres por alcanzar una sociedad más justa y equitativa. En un contexto de creciente conciencia sobre la violencia de género y la desigualdad, el 8M sigue siendo un recordatorio de la urgencia de cambiar las estructuras que perpetúan la discriminación y la violencia contra las mujeres.
54 Total Count
