Redacción Marlone Serrano
Contra todo pronóstico y tras una sequía de más de tres décadas sin títulos de peso, el Tottenham Hotspur escribió una nueva página dorada en su historia al proclamarse campeón de la UEFA Europa League tras vencer 1-0 al Manchester United en la final disputada en el estadio San Mamés de Bilbao.
El gol del partido llegó al minuto 42, cuando un disparo de Brennan Johnson terminó desviándose en el brazo de Luke Shaw, lo que rompió el cero en el marcador y sentenció un encuentro trabado entre dos equipos que, curiosamente, han tenido temporadas para el olvido en la Premier League. Tottenham y United se ubican en los lugares 17 y 16 respectivamente, rozando los puestos de descenso.
A pesar del pobre rendimiento en liga, los Spurs encontraron en el torneo europeo el escenario perfecto para reivindicarse. De la mano del técnico Ange Postecoglou, quien había advertido que suele ganar títulos en su segunda temporada, el conjunto londinense logró alzar su tercer trofeo de Europa League, y el primero desde la temporada 1983-84.
“Este equipo necesitaba creer de nuevo”, declaró Postecoglou tras el pitazo final. “Jugamos con el corazón y lo logramos. Esto es para nuestros aficionados que nunca dejaron de soñar”.
El título representa mucho más que una copa en las vitrinas. Es el fin de una sequía que duró 34 años, un bálsamo para una afición que había aprendido a convivir con la frustración, y la promesa de un renacer para uno de los clubes históricos del fútbol inglés.
Por el contrario, el Manchester United cerró con este resultado una de sus campañas más decepcionantes en décadas, quedando sin títulos y con serias dudas sobre su futuro inmediato.
Con este campeonato, el Tottenham no solo asegura su presencia en la próxima edición de la Champions League, sino que también recupera parte del prestigio perdido en años recientes. Una noche histórica que, sin duda, será recordada por generaciones.
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